Vaya por delante que la pretensión de este escrito no es la de crear ningún tipo de alarma social; alarma de la que Haro, sus adláteres, palmeros y propagandistas nos acusarán a falta de respuestas lógicas y coherentes. El acusarnos de crear alarma social es una de las formas que tienen de tratar enfangarnos en los lodos que ellos generan a aquellos que denunciamos actuaciones irregulares y/o incompetencia de gestión.

La introducción es adelantar la casi segura respuesta que darán; ante la incompetencia en la gestión de los servicios públicos, de la aplicación de políticas erróneas, de falta de criterio cuando no de inteligencia, y la de falta de planificación.

Durante estos días estamos sufriendo problemas “técnicos” con el suministro de agua potable, un eufemismo utilizado para esconder la realidad, los cortes parciales del suministro de agua que venimos padeciendo no obedece a mejoras en la red o a averías puntuales, no, responde a la falta del liquido elemento, al menos en la medida que se demanda.

Desde nuestro término suministramos agua a las poblaciones vecinas de Cheste o Godelleta, en el agua para consumo humano debe primar el principio de solidaridad, sin olvidar que durante muchos años nosotros mismos nos hemos estado suministrando agua de pozos situados en el término de Buñol.

El consumo se incrementa en verano -como es lógico- pero como dicen los entendidos sobre extinción de incendios, los fuegos se apagan en invierno, aquí esta máxima también sería de aplicación, el suministro se garantiza con una buena política  hídrica, política que requiere de medidas durante todo el año.

El urbanismo depredador que permite piscinas individuales, jardines con especies ajenas a nuestro hábitat natural consumidoras de agua como el césped, el riego con mangueras o aspersores, procediendo el agua suministrada para estos menesteres de las redes de agua potable acentúan el problema.

La no utilización de aguas depuradas, reutilizables o procedentes de otros suministros como aljibes de agua de lluvia (modalidad que se está exigiendo -en algunas zonas del país- como condición previa a la concesión de licencias urbanísticas donde se prevén jardines) para riego de jardines nos ha llevado a ser el país europeo con menor cantidad de lluvia por metro cuadrado y mayor consumo de agua potable por habitante, todo un contrasentido y un reflejo de la falta de cultura en la utilización y consumo del agua. Esta política hídrica, fomentada y potenciada desde las mismas administraciones nos lleva a esquilmar, cuando no a agotar, todos los acuíferos ¡el problema que estamos teniendo en Chiva en estos momentos!  es un contrasentido que los pocos jardines que existen en Chiva -el pueblo de las jardineras, que no de los jardines- muchos de ellos se encuentren conectados a la red de agua potable para el riego, no siendo utilizadas otras aguas para estos menesteres.

La falta de políticas de fomento de consumo racional han brillado por su ausencia, a fecha de hoy y pese a los negros nubarrones que se observan en el horizonte, nadie se ha preocupado de fomentar una campaña de ahorro en el consumo de agua, claro está que no quieren explicar lo que pasa, escondiendo la realidad con subterfugios.

El reconocimiento de la realidad (consumo desaforado, falta de campañas de concienciación de uso y ahorro de agua, concesión de licencias urbanísticas sin garantía de suministro, falta de previsión para años de sequía, posibilidad de suministros alternativos en caso de necesidad, etc.) es básico para solucionar el problema, pero a su vez supondría el reconocimiento del fracaso de una gestión, fracaso que pese a la realidad, Haro negará siempre, no reconociendo el estado real del problema.